Charradora: Urbe vs Pueblito Bueno

Se nota cuando uno de ciudad tiene casa en un pueblo. Se nota si se va a veranear cada año al mismo pueblo.

Da igual que el pueblo tengo 100habitantes como 5000, las fiestas son las mismas y el campo a 100metros también.

Se nota cuando uno ha pasado unos días magníficos en su pueblito bueno y vuelve a la urbe. Su estado anímico es tranquilo, de añoranza, pensativo, recordando los momentos vividos, las juergas disfrutadas, los paseos por la naturaleza... Cuesta cambiar el chip de pueblo a ciudad, pero no de ciudad a pueblo.

Yo soy de esas personas afortunadas que tiene su humilde casita en uno de los pueblos más bonitos de España.

Volver al pueblo es volver a casa. A esa libertad que no te da la urbe. A esos chismorreos entre vecinos que a todos conoces y hablas. No como en la city, que vives puerta con puerta e igual estas meses sin verte.

¿Y que me decís de las amistades? Son las que se viven más intensas, igual que los amores. Son relaciones que se viven y se sienten muy cerca, muy vivas. Que nunca se pueden olvidar ni dejar de querer.

O las fiestas... Esas primeras salidas de noche. Las primeras experiencias de todo tipo.

¿Y de la libertad de salir a la calle sin dirección y no importarte? Es libertad!

Lo más divertido es decir: -Vuelvo en un rato!- y realmente eso quiere decir que ni idea, porque seguro que te encuentras a mucha gente que te paras a charlar y te dan las mil.

No pasa nada por salir solo de fiesta, seguro que en el único bar del pueblo que hay o los pocos que hay, encuentras alguien conocido o algún amigo con quien charlar, echarte unas risas y algún que otro trago. Y si se tergiversa, pues un bailoteo.

Ay los pueblitos buenos. Intenta hacer lo mismo en una localidad grande, más de 500.000personas... Te tomarían por loco! Ir al campo... Tienes que pegarte tal paseada, que cuando llegas vas tan cansado o es tan tarde, que te toca dar media vuelta y pa casa.

Cuando estás de vacaciones o fin de semana en tu pueblito bueno, no te acuerdas de tu piso en la ciudad. En cambio al revés si!

Cuando era más pequeña no concebia de que alguien no tuviese ese rincón especial, creía que todos lo tenían.

¿Qué hacen o dónde van los que no tienen pueblito bueno?

¿Cómo es la infancia sin las carreras en bicis por el campo?

Esta claro que las juergas y la forma de beber, en un pueblo son inigualables.

Doy gracias a mi familia por darme la oportunidad de saber lo que es pertenecer a ese lugar tan especial con todo lo que conlleva: olores, gustos, sabores, sensaciones, paisajes, amores y amistades, crecer, vivir, disfrutar, valorar, bailes...etc.

¡¡¡¡ADORO MI PUEBLO!!!!