Charradora

viernes, 26 de mayo de 2017

PEÑA

Naces en un año concreto, con lo cual, te toca convivir y  relacionarte (por lógica) con gente de tu misma edad. Edad se refiere a año que naciste o algún año hacía arriba o algún año hacia abajo.

Es raro que te relaciones con gente muchísimo más mayor que tu o muchísimo más joven que tu.
No es normal que una persona de 20 años vaya con gente de 30. O esa misma persona de 20 solo vaya con personas de 10 años. Puede que con más edad, en este rango, no se descarta. Pero no es la norma.

¿Por qué? Por maneras de vivir, por la duración de vida, por trabajos, por esperanzas, por experiencias vividas, por hobbies, por ideas, por energía, por prioridades, etc.

Las personas de 10 años no piensan en salir de fiesta, ni tener pasta para comprarse ropa, ni en esa persona para pasar una noche de diversión.

A los 20 (seamos realistas) no muchos piensan en tener un piso, en tener un trabajo estable, ni en política o conocer la persona de su vida. (Ojo, que puede pasar)

A los 30, está claro que empiezas a perder la energía de salir por la noche o de salir a jugar a fútbol con los colegas. Son mayores las preocupaciones y piensas en una estabilidad emocional, económica, etc, 

Vuelvo a recordar, es evidente que hay excepciones.

Con todo esto, quiero focalizar a que te acabas relacionando con personas que se asemejan a ti, que tienen más o menos tu edad, que viven cerca de tu vivienda, de tu barrio o incluso de tu pueblo...

En tu pueblito bueno te acabas juntando con los de tu edad. Los que van contigo al cole o los que coincides en verano. Así empieza a formarse una peña. Empiezas a crecer con ellos ya desde pequeños. Jugáis juntos a fútbol, los veranos los pasas yendo a buscar peña por las calles de tu pueblo todos juntos, salís con bici a dar vueltas, quedáis en la piscina para pasar toda las tardes de verano en remojo...etc.

Con la edad, vas creciendo con ellos. Puede que hay desapariciones por tema estudios o vendas de casas o porque te das cuenta que ya no conectas con esas personas. Pero los que siguen allí, siguen compartiendo contigo vivencias, experiencias, borracheras, fiestas de pueblo.
Incluso hay remodelaciones de grupos. Hay grupos que se separan, otros que acogen a personas nuevas o incluso que desaparecen. Pero siempre queda ese recuerdo de la niñez en la peña.

Dejas de ir en bici o de jugar a fútbol, por pasar por coger el coche o las motos. Ya no vas tanto a la piscina y pasas a ir al río. No vas por las mañanas a la peña, sino que pasas a ser nocturno y hacer otro tipo de ruido. 

Habrá años que solo coincides con tu peña en fiestas. Incluso ni en fiestas. Pero siguen estando allí, a tu lado. Sigues teniendo ese cariño hacia esas personas que pasaste esos veranos calurosos en la peña. A veces haciendo nada y otras haciendo de más. Pero junto a ellos.

Las peñas físicas desaparecen o algunas por suerte permanecen en el mismo lugar con la misma gente.

La verdad, que yo tengo mucha suerte.  Mucha no, muchísima! Mis veranos con mi gente fue y son geniales. Aunque ahora las cosas sean distintas porque hemos crecido, ell@s siguen estando a mi lago. Pertenecer y considerarte de una peña te hace feliz. Compartir con ellos en un local que solo es vuestro, es mágico.

¡Ojalá todo el mundo pudiera vivir lo que es tener una peña!

Liats&Liades, gràcies!


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by Charradora


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