Querido amigo,
ya hace meses que partiste y nunca te he escrito. Ahora con el tiempo lo puedo hacer. Y no es ni una despedida, ni una carta de dolor, ni de tristeza, ni de llanto... es una simple carta.
La verdad que cuando te marchaste, ya sabíamos que lo ibas hacer, pero las despedidas nunca son bonitas, a no ser que sepas que os volveréis a ver pronto, pero sabía que no te volvería a ver. Pero eso no quiere decir que no te recuerde y piense cada día de mi vida.
Agradezco a la vida por conocerte, agradezco a mi amiga por haberos elegido y estar juntos tanto tiempo, porque me ha dado la oportunidad de conocerte.
Nuestro inicio no fue muy bueno. El día que te conocí, pensé: -Qué tío más estúpido-. Tras una conversación de toros. La verdad, que las primeras impresiones a veces son erróneas. Contigo me pasó, porque luego descubrí una magnífica persona con la que me reía mucho. Y aunque no pensábamos igual en tema político, en temas de tauromaquia y tal, la verdad que nos llevábamos genial.
Has sido una de las amistades más raras, pero sinceras que he tenido nunca.
Tengo tantas anécdotas para recordar y hablar, tantos momentos vividos... La verdad que todos son divertidos. Fines de año, Semanas Santas, fiestas varias con y de los amigos, conocer a mi media langosta, algún que otro concierto fracasado que recordamos con cariño... pero en todos siempre te recuerdo con tu peculiar sonrisa y tu buen rollo.
Nos unió mucho la música y demás especies que compartíamos. Con el tiempo ya fueron más cosas, incluso me daba el privilegio de hablar contigo de lo que te pasaba. La verdad que siempre me dejaste esa libertad sin tabú.
Ya hace años que la mierda que tenías te fue comiendo poco a poco. Y aunque nunca creí que llegaría este momento de despedida, te admiro y eres un luchador, y ¿por qué no?... un ganador! Nadie sabe como tu mismo que es lo que te pasaba, y tus más allegados. Te admiro y os admiro por todo lo vivido.
Ha sido duro despedirme de ti, aunque realmente nunca lo haré, porque siempre te recordaré, siempre te tendré presente y siempre hablaré de ti.
Cuando te marchaste, tardé 4 días en explotar. La verdad que estaba en shock y creí que todo era mentira. Ojalá lo fuera, porque si ahora estuvieras, fliparías con lo que está pasando en Cataluña y me gustaría escuchar algunos de tus comentarios sarcásticos que ya no me hacían enfadar, sino hacer reír. Siempre con un toque de humor y seriedad a la vez. O incluso en mi boda o lo que vendrá, me encantaría que estuvieras, pero lo estarás, porque para mi estarás y estás presente siempre.
Las despedidas siempre son tristes, es cierto. Creo que es de las cosas más horribles que me ha tocado pasar, decirte adiós, pero nunca te irás, es una cosa que no permitiré y no quiero.
Así que amigo mío, aunque físicamente no te pueda tener, te tengo cada día presente en mi mente.
No te escribo hoy porque sea un día señalado, porque haga tantos meses que ya no estás o porque es tu cumple... no, simplemente, lo tenía pendiente.
Gracias por estos años de amistad. Por ser esa amistad tan extraña pero pura que tuvimos. Nunca se sabe que puede pasar en un futuro, puede que nos volvamos a encontrar en otra dimensión, en mis sueños o incluso entre las estrellas.
Mejor siempre un... Hasta luego, amigo.
Mi consejo: "Dad siempre un beso a esa persona que tanto amáis, aunque estéis enfadados, porque nunca sabes cuando va a ser el último beso que le vais a dar."
by Charradora
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