Charradora

miércoles, 12 de julio de 2017

La envidia

Definición de Ponerse verde de envidia: "Las connotaciones negativas del color verde en español se deben muy probablemente a la bilis, líquido segregado por la vesícula biliar, de color amarillo verdoso. Se creía que los envidiosos producían tal cantidad de bilis, que incluso se les teñía la piel hasta el punto de darle una tonalidad verdosa."

Curioso este sentimiento que todos y cada uno de nosotros hemos sentido en alguna ocasión de nuestras vidas o constantemente. Mentira la persona que dice que nunca sintió envidia. Entonces es que no es persona.

Se siente envidia, como se siente amor, enfado, dolor, alegría, tristeza, etc. Todo son sentimientos que hemos sentido alguna vez y la envidia, también.

No es malo sentir envidia. Tampoco es bueno con exceso. Lo suyo es (como todo) la justa medida. Nos ayuda a aprender, a dosificar, a clasificar, a controlar... 

Puede que la primera vez que sentimos la envidia fue como alguien miraba a nuestra madre y nosotros éramos unos simples bebés. Incluso puede que sintiéramos envidia de nuestro padre porque dormía con ella (no voy a entrar dentro de los términos froidianos). 
La segunda vez que igual sentimos envidia fue cuando vimos a otr@ niñ@ con ese juguete que nosotr@s queremos y no tenemos. 
Ya cuando empezamos a hablar y expresarnos, nuestros padres eran de una manera, pero teníamos envidia del que tenía el papá supuestamente más molón que el nuestro.
Cuando empezamos a crecer y entrar en la adolescencia, teníamos envidia de esa chica guapa que todos adoraban y se había desarrollado antes que nosotras o de ese chico que jugaba tan bien a fútbol y encima se llevaba a la chicas de calle.
Entramos el la adultez y envidiamos al que tiene más dinero que nosotros o que tiene mejor trabajo.
Luego al que le va bien la vida con su mujer o con su marido, encima tiene hijos... y que listos son.
Seguimos creciendo y seguimos envidiando al resto por tener esa casa en el campo o porque sus hijos han tenido hijos.
Luego llega el jubileo, que unos cobran más que otros y se conservan mejor.
Y ya acabando... el otro tiene un bastón más guay que el mío o esa silla de ruedas eléctrica.

La cuestión es que durante toda nuestra vida sentimos en-vidia de los demás. ¿Por qué? ¿Por qué nos cuesta tanto valorar lo que tenemos? 

A veces es absurdo tanta envidia. Envidias por ese juguete, porque liga más, porque tiene más dinero, porque se conserva mejor, ¿por qué es más inteligente?, porque supuestamente le va mejor la vida.

Visto así, es patético tanta envidia, ¿no creéis? ¿de qué sirve sentir envidia?
Es algo innato, algo que nos viene de dentro. Y es cierto que no debemos sentir envidia por el resto de mundo, pero nos nace solos. Luego ya viene el trabajo de medir esa envidia. Un trabajo individual y personal que a veces logramos con éxito y acaba pasando a: -Qué bien por mi amig@!- o... Ojalá ese sentimiento siempre acabe en esa afirmación y no en otra cosa, porque la envidia... MATA!



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by Charradora

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